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Género y Etnicidad

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Relaciones de raza

 

La música es un reflejo de las sociedades y así mismo es una poderosa manera de crear identidades y legitimar relaciones sociales. La democracia mestiza (Kirschner, 2012) intentó legitimar su ideología por medio del uso consciente de expresiones culturales, que en su gran mayoría pertenecían a grupos que fueron relegados de manera sistemática de los derechos ciudadanos (sección historia).

 

Una de esas expresiones culturales fue el vallenato. El mito que se sostiene por parte de algunos de las elites intelectuales (Araujo, 1973) es que este ritmo musical es el hibrido de las tres razas existentes en Colombia (blanca, indígena y negra) y con ello demostrar la realidad del mestizaje.   

 

A muchos de los grupos étnicos les fue aceptado por un lado sus expresiones culturales, las musicales especialmente. Ello se puede deber a dos razones: las expresiones africanas eran del gusto del mercado nacional o la apertura internacional que se dio a los grupos étnicos, especialmente descendientes de africanos, de los años 40 en adelante. Por otro lado, las relaciones de raza en las cuales se daba prioridad a los mestizos fueron evidenciadas y legitimadas tanto en las letras de varios artistas, como en eventos culturales del vallenato.

 

Por ejemplo, Emiliano Zuleta Baquero, uno de los primeros acordeoneros en ser reconocidos, escribe en la canción “Gota Fría” contra Lorenzo Morales, en una píqueria en 1900, “que cultura, que cultura va´tener, un indio Yumeca como Lorenzo Morales”. El tono despectivo del uso de la palabra “indio” evidencia que no todas las culturas tenían el mismo valor y que por otro lado los indígenas eran tomados como ignorantes e incapaces de anexarse a la cultura mestiza propuesta.

 

Se puede afirmar que el caso de Zuleta  es un caso individual de segregación y racismo, y por lo tanto la generalización de este caso a todo el  vallenato sería un error. No obstante, esta es la canción que más reconocimiento ha tenido  y de allí su importancia como vehículo de legitimación. No solo Carlos Vives la llevó a la popularidad, sino que Julio Iglesias hará que internacionalmente sea visible, y en ningún momento se pensó en cambiar el verso nombrado anteriormente. Esto no afirma que Carlos Vives y Julio Iglesias tengan intención de ser racistas, más bien se está diciendo que ese prejuicio sobre los indios sigue presente, se reproduce y parece no incomodarle a nadie, sino tal vez a los propios indígenas.

 

Por otro lado, la suerte que han corrido los afro descendientes no varía mucho. Aunque se acepta la música como gran aporte cultural, parece que este se debe a la imposibilidad de negarlo, y más bien se desarrolla un “proceso de blanqueamiento” que permita que el género no se relacione enteramente con los afros. Este proceso no fue ajeno al vallenato. Más aún, se muestra de manera casi evidente y daremos unos pocos ejemplos sobre ello.

 

¿Qué es el proceso de blanqueamiento? Es un proceso de llevar un producto cultural, así mismo como a los artistas, a estándares occidentales que no les pertenecen necesariamente a estos últimos. Este blanqueamiento no solo se aplica a rasgos físicos, como la raza, sino que se lleva a cabo también en procesos culturales. Es decir, llevar muestras culturales como música, escritura o pintura hacia estándares occidentalmente aceptados. Obviamente, esto se sostiene bajo el proceso de mercantilización de la cultura y las relaciones asimétricas de poder de las naciones que interactúan en el mercado global.    

 

Carlos Vives lanza en el año de 1993 su disco “Clásicos de la provincia”. En él se incluía música de compositores anteriores, unos mestizos y otros negros, pero se mezclaban con nuevos ritmos como rock y pop. Tal vez esta mezcla pueda explicar el éxito nacional, aunque se podría afirmar que el momento histórico era favorable (constituyente de 1991), pero también implica un abandono de la esencia original del vallenato y con ello lo que representaba culturalmente.

 

Por ejemplo, en la canción “altos de rosario” del cantautor Alejandro Duran, Vives la transforma más en una balada que en un vallenato, ni siquiera hay uso del acordeón.

 

Además, del “blanqueamiento  musical” existe uno fisiológico. Vives  (Foto izq.) tiene la imagen más cercana a “un rockero estadounidense o europeo” que a los juglares campesinos que la habían compuesto. En comparación la imagen de Duran (Foto der.), el primer rey vallenato, se le observa como un campesino con su sobrero vueltiao y ante todo su tez negra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estos ejemplos, aunque particulares, evidencian el proceso de blanqueamiento y la exclusión de las muestras culturales que los mismos grupos étnicos y sociales (campesinos), han desarrollado. Estos casos emblemáticos, son reforzados por otras situaciones que suceden actualmente en el vallenato. Aquí encontrarán una lista de reproducción con ejemplos de ese proceso. 

 

Relaciones de Género

 

Las relaciones de género están marcadas por el doble papel de las mujeres en el vallenato (Wade, 2014): por un lado son aquellas por las que los hombres mueren, casi como diosas. Por otro lado, como víctimas de un régimen “machista”, pero que en algunas ocasiones parece ser aceptado y reforzado por algunas de ellas por medio de una admiración a los artistas y el goce de las letras.

 

Además de ello, es importante subrayar la contradicción que se haya en el imaginario sobre la mujer en el vallenato. Ella es lo más “adorado” pero a la vez aquella que debe relegarse al mandato del hombre. Es decir, tiene poder sobre el hombre, empero el hombre tiene poder sobre ella.

 

Esta contradicción se puede hallar en las letras de un artista tan reconocido como Diomedes Díaz. En su canción “Tu eres la reina” escribe: “Una reina sin tesoros ni tierras que me enseño la manera de vivir nada más, a estas horas de la vida lamento haber gastado mi tiempo en cosas que no están”. En esta canción particularmente se le da a la mujer el rol de “aquella que enseña”, de la cual hay que aprender y a su vez de “reina” con todo lo que eso implica, a saber, el mando sobre un súbdito que tendría a la que se le da este título.

 

Por otro lado, escribe en “la falla fue tuya”: “Yo sé bien que te he sido infiel pero en el hombre casi no se nota, pero es triste que lo haga una mujer porque pierde valor y muchas cosas”. En cambio aquí, Díaz culpa a la mujer por acciones, que aunque él ha hecho también, no se ajustan al régimen moral de los hombres. En el caso colombiano, aunque se puede expandir a otras zonas de Latinoamérica, se hace una relación entre la mujer y la virgen María con sus cualidades (Wade, 2014). Así, a la mujer le es impuesto un rol del cual ella no parece tener agencia.

 

No obstante, la mujer, al menos, tiene agencia en la reproducción de esos roles. Como se dijo anteriormente, ellas gozan de las canciones tolerando este tipo de discursos. La pregunta que surge acá es: ¿acaso es que la mujer acepta este régimen? ¿La mujer colombiana se siente bien representada en ese rol? No, diversos estudios han demostrado la lucha de varias mujeres para cambiar su rol en Colombia (Caputto, 2008). Entonces, ¿cómo entender que la mujer quiera cambiar su rol, pero tolere este tipo de discursos?

 

Esta contradicción, afirma la profesora María Elena Cepeda, es inherente a toda muestra popular. Ello se puede deber a que existen ideales que quieren ser implantados, pero una realidad que les muestra lo contrario. Es decir, estas contradicciones son muestras de las contradicciones mismas de la sociedad. Donde por un lado se acepta relaciones y roles asimétricos, y por el otro lado, se condenan. Por esto, es importante estudiar la música popular, así como muestras culturales, porque son vehículos que nos permiten evidenciar relaciones asimétricas, contradicciones, tendencias y rasgos de las culturas.

 

Dentro de estas relaciones, encontramos que el vallenato ha sido un ritmo interpretado por hombres. Con pocas excepciones las mujeres hicieron parte del paisaje vallenato. Ello puede darnos una idea sobre la relación de género en los ritmos colombianos. Además de ello, en nuestra búsqueda de material bibliográfico hemos encontrado que las relaciones de género han sido poco estudiadas, al menos desde el vallenato, lo cual nos ha llamado profundamente la atención. Como dijimos anteriormente existen mujeres que desean un cambio en como son vistas y como se ven ellas mismas. Tal vez, sean las muestras populares, como lo afirma la profesora Cepeda, una herramienta poderosa para encontrar síntomas y transformar tales relaciones.

Como se ha dicho, el estudio del vallenato nos ayuda a observar la manera en que la identidad regional de una específica región fue construida y como llego está música de “clase trabajadora” a ser parte de la identidad de Colombia como nación.

No obstante, un estudio del vallenato no solo nos arrojará las relaciones de identidad y pertenencia, sino que nos reflejará también relaciones de género y raza que son legitimadas en las canciones de este género, ya sea inconsciente o conscientemente.

Además de referirnos a la letra de las canciones, nos referiremos a la vestimenta, cómo las relaciones de género y raza han cambiado en la historia, y finalmente como el mercado afecta estas relaciones.

 

Altos del Rosario, Versión Alejandro Duran
Altos del Rosario, Versión Carlos Vives
"La culpa fue tuya" Diomedes Diaz
"Tú eres la reina" Diomedes Diaz
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